Posiblemente, la mayor parte de los retos y deseos que se proponen puedan concentrarse en, exactamente, tres días: Nochevieja, Año nuevo...y el día siguiente, eclipsado por la importancia del anterior. La secuencia es la siguiente:
-Nochevieja: concepción del deseo, y múltiples ideas sobre cómo abordarlo.
-Año Nuevo: Tras haber JURADO,( la mayoría de las veces, presa de una excesiva felicidad, provocada , o bien por el ambiente familiar, o por una ingestión excesiva de comida y alcohol) solemnemente y en presencia de todos, cumplir el deseo, se intenta conseguir el mismo. Pero, presa del cansancio y de los restos de bebidas espirituosas varias mal asimiladas, se pospone para el día siguiente. Primer día del año, y faltando a la promesa de hace unas pocas horas.
-2 de Enero: Al estar de vacaciones, todo trabajo se hará rápido y mal, para quitárselo de encima y tirarse de cabeza en el mundo del ocio.
Evidentemente, yo he pasado por esas fases. No me he emborrachado ni he abusado de alcochol, pero he hecho muchas promesas que no he cumplido ni me he puesto con ellas todavía. Bien es cierto, que si no he escrito ha sido por dos razones: falta de tiempo, la primera, y falta de ganas (tristes experiencias, estrechamente relacionadas con la muerte, me han quitado el interés por todo), la segunda.
En resumen, que no sé si sabré cómo mantener a flote este blog. Muy cierto es que nadie lo lee, pero lo que no quiero es que parezca que sufre cierto...estancamiento. Da comienzo el proceso de DES-estancamiento.